Entre lesiones y bajones de forma, Nadal ha estado mucho tiempo ausente del top 3 mundial de tenis. De hecho, el año pasado por estas fechas era quinto en el ranking ATP y rivales otrora dóciles como Raonic o Nishikori amenazaban incluso su estatus de élite del tenis mundial.
Afortunadamente, tiempo después y unos cuantos Grand Slam de por medio han devuelto a Rafa la confianza y sobre todo, los puntos que se merece. El Roland Garros de 2017 fue la clave del ascenso del mallorquín. Aunque eso sí, ayudado por las ausencias de Djokovic, Murray y Federer. Factores a tener en cuenta pero que no han sido los únicos que le han permitido recuperar el trono del tenis mundial.
Rafa Nadal cambia de entrenador
Otro aspecto muy importante de la progresión y la recuperación del abanderado español fue la contratación de Carlos Moyá como su entrenador personal. Esto ocurrió en diciembre de 2016. Moyá aceptó el reto de recuperar la mejor versión de Nadal, al que se le notaba demasiado flojo físicamente y readaptar su juego para evitar un excesivo desgaste. Desde entonces, y aunque no se planteó como objetivo recuperar el trono mundial, Rafa ha conseguido ser el número 1 de la ATP de Tenis.
Técnicamente la mejoría se aprecia en dos factores: el saque y la duración de sus puntos. Nadal ha mejorado los inicios y su revés. Con un juego más agresivo acorta la duración de cada punto y cada set y no es tanto un luchador de fondo como era en sus inicios.
También se ha notado en el rendimiento en pista dura, donde ahora es más capaz de llevar la iniciativa de los puntos y acercarse más a la red. Para ello ha sido fundamental la recuperación de su potencia en el brazo derecho, un factor importante en este suelo. Sus golpes planos, y las liftadas.
Carlos Moyá también ha influido en la mejor preparación física de Nadal. La ausencia de lesiones musculares y de problemas en la muñeca ha mejorado el ánimo del balear, dejando sus problemas de motivación y ansiedad totalemente de lado.