Tras la victoria de nuestros hispanos en el Europeo de Balonmano, parece que este deporte puede volver a resurgir.
En nuestros días, aunque por cifras sigue contando como deporte minoritario, la verdad es que todo el mundo lo conoce y alguna vez ha jugado al balonmano. Y gracias al auge de las dos últimas décadas en nuestro país, cada vez tiene más adeptos. Tanto que en Barty nos habéis pedido insistentemente las retransmisiones del Europeo de Balonmano y habéis podido ver todos los partidos de balonmano en el bar. Porque en realidad, vosotros sois y seréis siempre los que haréis grande al deporte siguiéndolo. Que no todo en la vida es Messi y Ronaldo, ¿no?
El Campeonato de Europa ganado en 2018 es el primero de la historia de nuestra selección que, sin embargo, ya había ganado Mundiales en 2005 y 2013. Pero este éxito es más que un simple campeonato, refleja el resurgir de un deporte tras una década que ha dejado mucho para desear.
Lejos quedaban los años de éxitos y la popularidad en alza del balonmano en la década pasada. La base fueron los apoyos institucionales, las cajas de ahorro y constructoras. Pero sustentados en estos 3 pilares, la crisis obviamente hizo estragos y dejó la inversión en este deporte en nuestro país en número casi nulos. En España, esto provocó la desaparición de clubes potentes como el Balonmano Ciudad Real (5 veces campeón de Europa de clubes), el Portland San Antonio o el Teka Santander se ha generado una brecha imposible de superar entre el Barcelona Lassa (con todo el apoyo y presupuesto del FC Barcelona) y el resto de participantes en la Liga ASOBAL.
Tanto por lo que representaban para este deporte no solo en términos de competencia si no de prestigio a nivel europeo, la pérdida de estos clubes lastró los años siguientes al balonmano. Los clubes restantes tuvieron que ajustarse el cinturón. En algunos casos, excesivamente para llegar a subsistir. Esto provocó el éxodo de granes jugadores y, obviamente, dejar de atraer a grandes talentos de este deporte a nuestra liga.
Ahora los clubes se han estabilizado, cumplen sus compromisos económicos, no hay deudas y podemos volver a ser una potencia. Pero la Liga ASOBAL aún no se ha recuperado. Actualmente los clubes cuentan con una media de presupuesto de 600.000 euros, cantidad insuficiente para competir con el Barcelona, que monopoliza las estrellas y la competición. Un dato preocupante del desnivel es la racha del Barcelona: desde el 18 de Mayo de 2013 no ha perdido un solo partido en liga.
Por eso la victoria del Europeo es balsámica. Ha vuelto a poner el balonmano español en el mapa del contiene y esto puede ser una gran oportunidad de volver a dar prestigio a nuestra competición nacional. El primer paso es renovar el contrato de retransmisión de partidos, actualmente en propiedad de Movistar + y asegurarse de que este deporte continúe siendo seguido por miles de personas en sus hogares, al menos a un nivel parecido al de la década pasada.
Con ello, se podrían aumentar los ingresos por patrocinios y cambiar la dinámica para frenar la emigración de nuestros mejores jugadores. Si ya lo conseguimos una vez, ¿por qué no lo vamos a volver a conseguir?
¿Cómo nace el balonmano?
Pero… ¿de dónde viene el balonmano? ¿Cómo nace y cómo se populariza? Pues os sorprenderá saber que es aún más antiguo que el fútbol y el baloncesto. De hecho se remonta a la época de las civilizaciones griegas y romanas. De ahí datan deportes donde destacaban las habilidades de manejar una pelota con las manos. Aunque en este caso no había porterías ni ningún sistema que determinara ganadores. Solo consistía en lanzarse el balón con las manos y atraparlo en el aire. Habría que pasar a la Edad Media para encontrar la siguiente referencia. En una de las canciones del trovador Walter Von der Vogelwide se describe lo que llama el «juego de la pelota», consistente en atrapar el balón en vuelo de una forma parecida a como se lo pasan ahora los jugadores de balonmano. Era practicado principalmente en la Corte.
Si buscamos las reglas federadas como tal, hay que viajar muy poco en el tiempo. Tan solo hasta el siglo pasado. Fue en 1926 cuando este deporte se popularizó y se plasmó sobre un papel con un reglamento internacional del balonmano. Y en los Juegos Olímpicos de 1928, con 11 países inscritos en su federación se practicó de manera oficial por primera vez. Eso sí, en aquel entonces se jugaba con 11 jugadores, al aire libre y en canchas de fútbol. Pero al haber tanto espacio entre jugadores, se optó por hacerlo más pequeño y favorecer que se volviera más vistoso. Eso, sumado a que en los países nórdicos había tenido bastante aceptación provocó que el balonmano pasara a ser un deporte indoor. ¿Os imagináis jugar en el norte de noruega al aire libre en invierno?
En 1954, por fin se organiza un campeonato federado a nivel mundial. La primera campeona fue Suecia. Y curiosamente, con el cambio a que se jugara en recinto cerrado, fueron los países escandinavos, Rusia y Alemania donde más repercusión tuvo y, por lo tanto, más nivel en sus jugadores. Estos países coparon los primeros éxitos internacionales. Pero conforme pasó el tiempo y el resto de Europa (y el mundo) comenzó a practicarlo los equipos se fueron igualando y se perdió esa hegemonía. Pero a pesar de su popularidad, tuvieron que pasar casi 20 años para convertirlo en olímpico de manera oficial. Fue en Munich en 1972 (para la categoría masculina) y en Montreal 1976 para la femenina.