Cuando llega una edad y se te ha pasado el arroz de convertirte en una estrella del fútbol, solo te queda un remedio para paliarlo: jugar en una liga de fútbol 7 de barrio. Quien más y quien menos, en España, ha jugado al fútbol y algo se sabe defender.
Además, está demostrado que en estos campos de hierba artificial de barrio es donde se mantienen los amigos de verdad y no con las eternas promesas de «a ver si nos vemos pronto». Ya sea con la excusa de ir al bar después o la de autoforzarnos porque si no, efectivamente, «no nos vemos nunca», el fútbol 7 a partir de los 25-30 años se convierte en la mejor opción para combinar tus tres pasiones: fútbol, bar y amigos. Y si montas o participas en un equipo de futbol 7 local seguro que te has encontrado con este tipo de jugadores que te vamos a detallar a continuación:
El organizador
Esta figura es tan necesaria como pesada. Es el que montó el equipo y el que tiene siempre toda la información. Antes de cada partido te da todos los itinerarios posibles para llegar al campo, calcula los trayectos y horarios. Se toma a pecho su figura como capitán, se encarga de hablar con la organización, los rivales, llevar las fichas, hacer de utillero y hasta de babysitter si se lo pides. A veces te resultará estomagante abrir el grupo de WhatsApp para encontrarte sus indicaciones, pero al menos reconoce que sin ellas, no sabrías ni que mañana es sábado ni que tienes partido.
El broncas
Todo equipo tiene un Pepe, un Ujfalusi… un tipo duro en definitiva. Alguien con la mecha corta y usualmente (aunque no siempre) defensa aguerrido. Él es el que se va a llevar todas las tarjetas, todas las broncas y por supuesto… la ira de los rivales. Él lleva la rabia dentro, por lo que sea. Y si hay una pelea, también va a estar en medio. ¿Pero sabes algo bueno? Los rivales estarán tan entretenidos con él, que los demás podréis jugar tranquilamente… aunque a veces con uno menos.
El portero
Normalmente suele coincidir con la figura del organizador. Más que nada porque nadie quiere que falte. Sabéis que si no está, a alguien le va a tocar pringar de portero. En su día lo hizo bien por ser un buenazo… o porque no le quedó más remedio que ponerse a él. El caso es que solucionó desde el primer momento el dilema de «nadie se quiere poner» y por eso se le necesita.
El crack
En los equipos de barrio hay jugadores que merecían haber sido profesionales. Pero está claro que todo el mundo no puede llegar, ya sea por mala suerte, lesiones… o por estudios. Ahora se consuela jugando partidos amateur con vosotros. Tiene una superioridad aplastante sobre cualquiera y cuando no está, nota. Él os quiere, sois sus amigos y por eso juega con vosotros, pero es consciente del nivel. A veces esto le enfadará, pero las cañas de después en el bar le consuelan.
El ausente
Se apuntó a principio de temporada, pagó religiosamente la ficha, se comprometió a venir… y nunca más apareció. A vosotros os da igual, porque os rebajó el precio, así que no le decías nada y esperáis que el año que viene haga lo mismo.
El lesionado
Cada partido tiene una molestia diferente y una mejor excusa para no venir. Suele coincidir con que juega su equipo o con que llueve. Pero como a veces aparece y lo hace bien, lo tolerais. Al fin y al cabo, esto es para divertirse, ¿no?
El malo
Sí, sin tapujos. Todos tenemos alguien en el equipo que es muy malo. Que nunca valió para el deporte pero, pobre, le encanta practicarlo aunque se le de mal. Le dejáis jugar porque es vuestro amigo y porq ue, al menos, le pone ganas. Además, con eso de que es malo (y lo sabe) no suele faltar nunca. Lo compensa.
El fichaje de invierno
Si tu equipo va mal o hay muchos que «sufren lesiones» a menudo, es probable que tengáis que recurrir a buscar más gente. Y entonces tienes que tirar de agenda: hermanos, primos, gente muy ocupada que solo aparecerá a veces o ese que os cae mal pero que al final necesitáis. Las vueltas que da la vida…
El que solo viene a las cañas
No suele faltar, pero tú sabes que no lo hace por jugar. Le interesa pasar el rato con vosotros y, sobre todo, ir al bar después. Es el primero que se cambia y el último que pide salir. Demasiado esfuerzo para él. Se maneja mejor en la barra del bar que sobre el verde.
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¿Y a vosotros, se os ocurre algún tipo de jugador más en un equipo de fútbol 7? ¿Con cuál te identificas?