Esta semana es la decisiva para saber cómo se va a poder ver el fútbol en televisión los 4 próximos años. La LFP sacará a subasta los derechos de retransmisión de los partidos de La Liga para el trienio 2019-2022 y todos los operadores están atentos para hacerse con los derechos al mejor precio posibble. Pero, ¿cómo afectará esto a los telespectadores?
El fútbol gratis en el sofá de casa ha muerto. La Champions League será de emisión totalmente privada a partir de Septiembre de 2018, siendo la única manera de poder verla desde casa, contratar beIN Sports o algún operador privado (Movistar, Vodafone, Orange…) que incluya este canal, pagando, por supuesto la suscripción mensual. Así la única opción para no arruinar nuestra economía doméstica probablemente pase por bajarnos al bar a ver el partido.
Para los bares, aunque los paquetes que incluyen eventos deportivos son más caros que particulares, es un negocio que sigue (y seguirá) siendo rentable. Además, gracias a Barty, los particulares podrán saber, desde su teléfono móvil, cuál es el bar más cercano donde pongan el partido de su equipo, tanto de fútbol como de cualquier otro deporte. Esto permitirá llenar los bares y conseguir una manera barata de poder ver la Champions League.
La LFP se plantea crear su propia plataforma
Pero las operadoras privadas no quieren pagar cifras similares a años anteriores por el fútbol. Tanto Movistar, como Vodafone y Orange han declarado que no les saldría rentable volver a desembolsar cifras similares o superiores a la anterior subasta. En el caso de Vodafone, han sugerido que podrían entrar en pérdidas y que les saldría mejor perder miles de clientes. Orange ha sido más cautelosa y ha dicho que no se retirarán de la puja sin saber cuánto puede rondar la subasta.
Pero… ¿Compensa perder clientes? En España, no. La mayoría de abonados (bares y particulares) a las oferta de televisión privada lo hacen por dos motivos: series y fútbol. De quedarse sin el deporte rey en nuestro país y por mucho que Vodafone diga, la demanda de operadores privados bajaría drásticamente. Sobre todo porque, sin fútbol, plataformas como Netflix o Amazon podrían igualar (o superar) la oferta de series de las operadoras privadas a un precio infinitamente más bajo.
Esta baza es en la que la LFP confía para «obligar» a mantener el precio a las operadoras privadas, pero todavía tiene un as bajo la manga: crear su propia plataforma. Javier Tebas, presidente de La Liga, ya lo dejó claro: «Si les parece caro, que no lo compren; no pasa nada», afirmó antes de lanzar un aviso: «Seguiremos otras estrategias, otros caminos; y sacaremos tanto o más». A lo que se refiere es al modelo de plataformas OTT (televisión por Internet).
Si la subasta no fuera exitosa y la LFP considerara que no hay una buena oferta por los derechos de retransmisión del fútbol en España, la opción más viable sería comercializarlas ellos mismos. Se crearía una plataforma similar a Netflix o beIN donde los abonados, por un precio asequible al mes, podrían ver el fútbol siempre que tengan una SmarTV o un ordenador (o tablet o smartphone) con conexión a Internet. Esto acabaría por matar completamente a los operadores privados ya que ni podrían competir en precio y, obviamente, en contenidos, ya que perderían su apuesta más fuerte: el fútbol.
Así, tal y como están las cosas, lo único cierto es que lo más rentable será lo de toda la vida: bajar al bar a ver el fútbol.